¿Y SI LA PERSONA QUE ACABAS DE VER EN EL ESPEJO TUVIESE VIH?

Gabriela Rosales Carlos

Técnica: acción realizada en los baños de la facultad de Bellas Artes de la UPV.


El presente proyecto supuso la intervención de un espacio público bien delimitado, los aseos de la Facultad de Bellas Artes de la UPV, se eligieron baños donde la afluencia de estudiantes y maestros fuese más dinámica, en ellos se dibujo sobre el espejo el retrato de un personaje ficticio, y se escribió sobre el lavamanos:
“¿Y si la persona que acabas de ver en el espejo tuviese VIH?”

Ambos con rotulador indeleble negro, durante los días 24, 26 y 27 de noviembre.
Esta obra se basa en la idea de empatía y en el vernos reflejados en otra persona; solemos creer que las enfermedades infecciosas y de transmisión sexual le suceden a otros y no a uno mismo, es por esto que se les rechaza a las personas infectadas, a quien está lejos de uno y no tiene relación con nuestro entorno, sin embargo nosotros mismos podemos estar infectados sin saberlo; la gran mayoría de los jóvenes ni se lo cuestionan, tan solo piensan que no lo están, pero al ser conscientes de que cualquier persona que no tome las medidas de prevención necesarias, como el uso del condón o el de no compartir jeringuillas, puede contraer el virus, se puede tener una mayor empatía con quien ya contrajo el virus. Esta reflexión es fundamental en este trabajo, los otros, aquellos o los enfermos de VIH podemos ser nosotros mismos.

Esta es la importancia de los espejos, pero, ¿Por qué en los aseos?
Los aseos de carácter público dentro de cualquier institución son fundamentales y más aun en una universidad que mantiene clases a lo largo de todo el día. En nuestro hogar es un espacio, fundamental, donde realizamos diferentes tareas a lo largo del día, que involucran tanto nuestras necesidades fisiológicas como necesidades estéticas y de aseo, por lo que el espejo es un elemento importante y casi fundamental en este lugar. En un espacio público los aseos pasan a ser espacios donde entramos y salimos rápidamente por lo que casi de manera inconsciente el vistazo al espejo es rápido y monótono, pocos se detiene a arreglarse el cabello o revisar su rostro, sin embargo, y de manera inconsciente tal vez, todos volteamos a ver el grifo para lavarnos las manos. Mi intención al escribir el texto justo en el lavamanos, es que al encontrar un elemento extraño, allí donde no solemos ver nada más que nuestras manos, se obligue al usuario a leer el texto y a preguntarse de qué personaje se habla, si de uno mismo o del retrato realizado con rotulador. Esta dinámica funcionó de dos maneras; algunas personas no se percataban de la presencia del retrato hasta que leían el texto y otras veían el retrato y lo examinaban y era hasta que leían el texto que entendían de que se trataba; ambas dinámicas resultaron convenientes, los usuarios de los aseos se detenían y examinaban tanto el texto como el retrato, incluso algunos trataban de empatarse con el.