MANUAL PARA EL CUIDADO Y USO DE LAS PRENDAS DE VESTIR

María Espinosa







A grandes rasgos, el proyecto realizado es un manual práctico y sencillo para el cuidado y uso de las prendas de vestir. Generalmente, manual se define como un libro en el que se recopila lo más sustancial de una materia. En este caso concreto, dicho manual pasa las fronteras del formato literario y se convierte en una actividad visual, esquemáticamente organizada e interactiva:

-Visual porque en lugar de trabajar sobre la palabra, se ha trabajado con la imagen fotográfica.
-Organizado esquemáticamente, por el hecho de que “imita” el código visual y conserva el espíritu de un manual al uso, como los de prevención de riesgos que se pueden encontrar en el asiento de un avión en un vuelo comercial.
-Interactivo porque las fotografías están ubicadas dentro de una instalación.

La idea de este proyecto surge a raíz de un trabajo que se basaba en captar, a través de la fotografía, la imagen de personas anónimas. Lo que más resaltaba en ellas era el cuidado que los fotografiados daban a la apariencia externa, a pesar de lo espontáneo de la acción. Al entenderse que los individuos, inconscientemente, buscan el reflejar un aspecto determinado de ellos mismos, surge la idea de realizar un manual sencillo para despejar dudas acerca de cómo cuidar adecuadamente las prendas de vestir, que al fin y al cabo es uno de los signos que nos identifican.

Como fuentes de inspiración para llevar a cabo esta idea se han buscado trabajos que sigan dichas líneas de diálogo. Como por ejemplo, los manuales de instrucciones que acompañan a los electrodomésticos o, como he citado anteriormente, las tarjetas de seguridad en las cabinas de los aviones.
A través de esta investigación he conocido el trabajo del ilustrador Matt Vescovo, quien trabaja sobre este tipo de instrucciones para representar los actos más habituales de la vida cotidiana, con el fin de evidenciar lo absurdo de los mismos.

A través de la búsqueda de un tema relativamente insustancial, se gesta una actividad que pretende apelar al sentido del humor del espectador. Es decir, junto a las imágenes, se disponen una serie de objetos que convierten el espacio en un taller de prácticas: una mesa de planchar o un barreño lleno de agua se colocan en la sala a disposición de los visitantes para que, guiados por el manual adjunto, ejerciten determinadas acciones. A pesar de que éstas pueden resultar cotidianas y simples, son numerosas las ocasiones en las que se evidencia un mal uso de dichas acciones, o la falta de ellas.

Con ello, no sólo se rompe una lanza a favor del cuidado de la imagen externa, que nada tiene que ver con una distinción de clases. Este proyecto también cuenta con un transfondo que marca el objetivo de concienciar acerca del cuidado de las prendas de vestir, puesto que, hoy en día, y con el auge de grandes multinacionales textiles en las que se adquiere ropa por un precio medianamente reducido, nos hemos mal acostumbrado a tratar la ropa como un objeto, casi de usar y tirar.

Como ya he dicho anteriormente, con este trabajo, apelo al sentido del humor del espectador. Con esta premisa, la pretensión es crear un espacio lúdico a través del cual se aumenta el nivel de trascendencia de un acto cotidiano como puede ser planchar un pantalón o tender una camiseta.

Con cierto tono sarcástico, se facilita al público conocimientos como la forma adecuada de planchar una camisa, ya que en numerosas ocasiones se apela al desconocimiento del uso de este tipo de electrodomésticos, para justificar el no realizar dicha acción.

Gracias a ello se crea un ambiente de esparcimiento en torno a la instalación: el espectador se introduce en una burbuja, en la que se centra en un tema intrascendente, dejando atrás por unos minutos asuntos que realmente le preocupen.

En primer lugar, se han realizado cuatro series de fotografías con cuatro acciones y modelos distintos. Se ha empleado una cámara digital réflex y tres focos sobre un escenario blanco. En el encuadre no entra la cabeza del modelo, ya que de este modo se afianza el carácter global que se pretende dar a la pieza. Es decir, el modelo actúa como maniquí, no es trascendente, gracias a lo cual se enfatiza la acción. Una vez tomadas las fotografías, se realizan cuatro composiciones que emulan los manuales ya mostrados.

Y, por último, se insertan dichos manuales en un espacio en el que se presentan los objetos para realizar las determinadas acciones.

La primera y última fotografías de cada serie evidencian la necesidad de incrustar el medio por el que se ha llegado de un punto a otro.

Se realizan fotografías estáticas, que se centran exclusivamente en la acción realizada.

Este proyecto tiene un carácter espontáneo. Lo que más interesa es el momento de participación, o no, en este taller. Que los espectadores entren en contacto con los objetos.

No he buscado aportar algo nuevo con este trabajo, ningún aspecto trascendental. Simplemente apelar al sentido del humor, al esparcimiento del espectador y al mío propio, ya que durante el periodo de trabajo he conseguido dejar a un lado asuntos que de verdad me preocupan. En mi caso particular, cuanta más presión esté padeciendo en algún momento, más insustancial y superficial es el tema sobre el que trabajo. Actúa como una válvula de escape.