MÚSICA PARA EL AHORA

Alba Doldán




Voy a explicar el proceso que me ha llevado a realizar el trabajo, desde mi vocación músical, hasta la búsqueda llevada a cabo y cómo me voy planteando unos objetivos.

Desde un principio mi intención fue la de hacer uso de la música para mi proyecto ya que considero que es una arma de mucha fuerza que se ha empleado muy poco para estos fines. La música siempre ha tenido un fuerte potencial unificador para el ser humano ya desde la prehistoria. En ritos religiosos, ceremonias y celebraciones la música ha sido un elemento muy importante.

En la actualidad la música se ha banalizado, se ha convertido en producto de un mercado sin exigencias que absorben lo que les lanzan. La música ya no es algo espiritual, vivido, sentido, sino una acumulación de acordes y ritmos que han sido repetidos hasta el aborrecimiento. A parte de lo que se hace en pequeños círculos que rara vez se puede adquirir fácilmente en los comercios, la música que se está vendiendo ya no tiene una intención que no sea la de ganar dinero, conseguir la fama o incluso transmitir mensajes contradictorios y discriminantes. En España lo hemos sufrido continuamente.

Tenía claro el medio por el cual quería transmitir un mensaje, pero todavía no sabía bien qué queria decir. Pero el tiempo de búsqueda coincide con el hallazgo de un libro: El poder del ahora de Eckhart Tolle, que determinará mi camino por el proyecto.

Todos tenemos una mente, que como los pulmones, las manos, la lengua, el corazón…, es un instrumento que debemos de saber cómo y cuándo usar. La mente tiene el poder de crear pensamientos, de almacenar en la memoria, recordar. Esto es bueno siempre y cuando sepamos dejarla descansar, sino, nos enfrentamos a continuos egos, miedos y conflictos. Vivimos en el pasado o en el futuro. Por otro lado está la conciencia, la que realmente nos permite estar en contacto con el ser. La conciencia tan sólo podemos sentirla cuando vivimos en el presente.

El problema es que hoy en día, la mayoría de las personas vivimos en continua identificación con la mente, y por lo tanto con el ego, lo que provoca un malestar general y continuo que se nota hasta en los rostros de las personas.

¿Cuál es la solución a este conflicto? Pues como ya he mencionado anteriormente, residiendo en el ahora. Es decir, sintiéndonos presentes en cada momento. Sintiendo que somos parte del mundo, que somos una célula en un organismo conjunto. Sintiendo la luz interior de cada uno puesto que la felicidad se lleva dentro. Esa quietud que sentimos cuando observamos una puesta de sol, o esa sensación que sentimos cuando estamos tocando un instrumento o pintando que nos hace sentir llenos, no es más que nuestra propia presencia.

Meditándolo bien, la música es un buen elemento que nos mantiene atentos al presente, y más cuando es en directo, ya que estamos al 100% de lo que está ocurriendo cuando estamos atentos a la melodía y a lo que transmite.

Queriendo transmitir esta maravillosa información que acabo de relatar, por necesidad de que todo el mundo la conozca, me planteo poder iniciar a los demás en su viaje con una performance musical en la que yo me sitúo cómo guía espiritual por unos minutos, recitando y cantando a un público con los ojos cerrados. De este modo consigo que su atención esté en el ahora, mostrándoles el camino hacia su interior.

La performance tuvo lugar el 11 de Mayo en el Black Note y en ella se involucraron cuatro músicos, un cámara y un técnico de sonido. Entre los músicos había un pianista, contrabajista, guitarra y bateria. Los espectadores podían acomodarse a su antojo y debían de taparse los ojos con unas vendas que se repartieron.

Con esta performance pretendo dar a conocer una información , mediante los recursos que tengo a mi alcance, transformando y haciendo mío el mensaje. Tan sólo pretendo poder promover la felicidad en un mundo que veo que poco a poco se va acostumbrando a ver las cosas de un color demasiado gris.