La idea inicial surgió al no poder eludir la infinidad de repeticiones que al respecto se sucedían en mi mente, y he pretendido, con este trabajo, plasmar plásticamente dichas sensaciones. Mi primer interrogante fue cómo reflejar mi idea de “equilibrio ritmo” y para ello, he recurrido, para comenzar, a definiciones que sobre equilibrio y ritmo se han hecho en el campo del arte.
El equilibrio es la influencia psicológica y física más importante sobre la percepción humana.
El ritmo es el orden acompasado en la sucesión de las cosas, el medio por el cual nos valemos para llegar a la armonía.
En toda composición existe una direccionalidad compositiva que induce al espectador a la observación de una obra. Debemos reseñar la importancia de la línea horizontal por su transcendencia en todo equilibrio compositivo. Hay una cita de Kandinsky en la cual afirma: “La línea es la forma más simple y limpia de las infinitas y frías posibilidades de movimiento”.
He tomado como referencia la obra del que fue uno de los fundadores de la escuela alemana Bauhaus; el pintor, escultor, diseñador y escenógrafo Oskar Schlemmer, a quien el mundo del arte debe grandes aportaciones sobre el concepto del equilibrio, el movimiento y también sobre su visión de una nueva escenografía.
A través de su obra, el movimiento se vuelve una propuesta relevante, una visión particular y de gran influencia para la sociedad moderna. Schlemmer introduce una idea nueva sobre el cuerpo y su relación social y espacial con el entorno.
Hay unas anotaciones en el diario de Schlemmer en julio de 1913 en las que afirma: “Cuando mayor es la definición de la idea tanto mayor será su simplicidad y su grandeza. Sed simples no menesterosos.”
Un ejemplo que para mí refleja muy bien mi idea de equilibrio lo podemos encontrar en el mundo submarino, donde colores y formas se organizan rítmicamente, creando imágenes armónicas.
También, plasma muy bien la idea de equilibrio esta imagen en la que varias personas saltan, toman a la vez impulso.